domingo, 16 de marzo de 2008

EZcape From TeleviZion

Describo la escena tal como es:

En el comedor de la prisión, Clint deja de comer para hablar a sus compañeros:
- Creo que sé cómo salir de aquí.

Todos los que comen en la mesa dejan también de comer, y miran al tipo que ha hablado con la máxima expectación. Alguno, de otra mesa, mira también. Su escucha no es bienvenida.
- ¿Se puede saber qué miras? –le pregunta la voz de Constantino Romero.

Fuga de AlcatraZ - (Don Siegel, 1979)


Tornasol. Según le dice a Eastwood se llama así porque si hace frío se pone azul y se pone rojo si hace calor. Me gusta el nombre/mote del amigo de Clint en esta película. Tornasol (el encerrado Litmus, interpretado por Frank Ronzio). Mas bien es uno de sus amigos, ya que son varios y todos se juntan aquí en busca de esa ansiada libertad que hay detrás de la paredes que escarban. Tornasol, en concreto, es el hombre de gafitas redondas que cuida un ratoncillo mientras pasa una larga vida tras las rejas de “la roca”. Fuga de Alcatraz... en la bahía de San Francisco, podría decirse que patria chica de Clint Eastwood… el rostro de Callahan reconvertido en el de uno de esos delincuentes a los que preseguía el sucio Harry... mismo director que la primera de la serie del inspector (Dirty Harry, Don Siegel)… Mismo lugar… Siempre San Francisco… O sus calles o su más famosa prisión: Alcatraz. No diré si escapan o no. Y sí diré que si hablo de ellos es porque en Telemadrid la están pasando mientras me pongo a escribir. Por ahora Frank Morris, que así se llama el personaje al que interpreta el jinete pálido, agujerea con su cortaúñas una muy dura pared. Tras unos cuantos esfuerzos –más de los que aquí describo- consigue hacer en la pared de su celda un boquete por el que poderse deslizar. Introduce la parte superior de su cuerpo por el rectángulo de pared que ha conseguido deconstruir y, sorprendentemente, como si esa ventana diese por un lado a su celda y por el otro a mi habitación, el recluso Morris aparece en mi salón, saliendo de mi tele, como si fuese la niña de camisón y pelo largo y negro que aparece en “The Ring”.


- Di más bien –dice Eastwood a la vez que, ya en pié, se sacude el polvo de su celda- que soy como el tipo de “La rosa púrpura del Cairo”. Yo no he venido a hacer daño a nadie. Solo quería escapar.
- El último gran héroe. Saliendo de la pantalla para entrar en la realidad. No se si has hecho bien.
- En la ficción también estoy en la realidad. Al fin y al cabo esta historia de Alcatraz está basada en un hecho real... oye… ¿Tienes una cerveza?
- ¿En prisión no tenéis?
- La última birra que he visto en una cárcel la vi cuando nos hicieron un pase privado de “Cadena perpetua”. Desde que contemplé como se deleitaban en el tejado de la prisión… al solecito… hmmmm…. Vengo con ganas de cerveza fresca, si.
- Tengo una lata de CocaCola casi fría como el hielo.
- También me vale.

El momento de Cadena Pertetua al que se refiere Eastwood es, de la foto de arriba, de las pequeñitas superiores, la cuarta desde la izquierda. Sorry, no encontré una más grande.

Le indico donde está la cocina y, mientras va en busca de su refresco, continuo viendo la película. Sin su presencia se ha quedado completamente paralizada, al menos argumentalmente. Los presos hacen su vida, pero en lugar de una película de acción o suspense más me parece estar viendo una versión carcelaria de Gran Hermano, donde nunca pasa nada. Clint/Morris vuelve de la cocina bebiendo y, dándome las gracias con la mano, se sienta en otro de los sofás que pueblan mi salón. En ese momento, en la película, uno de los guardias carceleros está revisando las celdas. Morris/Clint se levanta como por un resorte y, dándome de nuevo las gracias, se dispone a entrar en el televisor.
- ¿Por qué vuelves? –pregunto-. ¿No era escapar lo que querías?
- Si –dice Frank/Eastwood-. Pero todo a su tiempo. Si no estoy allí, en mi celda, en un minuto, se vendrá abajo todo el plan. No sólo soy yo el que quiere huir.
- Pues cuidado con los tiburones que rodean la isla.
- Tranquilo. He cogido un poco de bacon ahumado que tenias en la nevera, junto a la CocaCola. Lo usaré si es necesario para despistar a los escualos.
- Fácil que esté caducado. Aunque para el uso que le vas a dar no creo que importe.
- Gracias again. Con tu permiso me llevo la lata, no solo porque no he acabado de bebérmela sino también porque quizá me venga bien el metal.
- Llevaté lo que necesites… tu alcaide es un cretino… y suerte con la fuga.
Entra por fin de nuevo en el televisor. En pantalla el carcelero se acerca a la celda de Clint, haciendo el consabido recuento. A Morris/Clint no le ha podido dar tiempo a llegar a su camastro y ponerse bajo las mantas. El guardia se acerca… ya casi está… va a ver que Frank está ausente de su celda… le van a pillar… ¡No!! Afortunadamente Clint tiene unos minutos más antes de que llegue el repaso a su catre, ya que Telemadrid ha vuelto a poner anuncios. Respiro aliviado, y cambio de canal. Sólo espero que el vigilante no huela el olor ahumado del bacon.


PD: La escapada de Clint, y el título de esta entrada del blog, me recuerdan muy mucho –cómo que es caZi igual- al muy recomendable disco de Jan HammerEscape from Televisión”, álbum que reunió, por primera vez, un buen puñado de temas originales de la banda sonora de la serie Miami Vice/Corrupción en Miami.

Y para los que quieran saber como acaba la fuga, aquí os dejo la información. SI NO QUEREIS SABERLO NO LE DEIS.